Pekín, China
Beijing State Asset Management
Cuando Pekín fue elegida ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno de 2022, se decidió que era necesario contar con una nueva sede que sirviera de símbolo del evento. De ahí surgió el Ice Ribbon, literalmente, «la Cinta de Hielo», un recinto diseñado por Populous para acoger las competiciones de patinaje de velocidad.
Populous fue seleccionado para diseñar el prestigioso Óvalo Nacional de Patinaje de Velocidad (NSSO, también conocido como «la Cinta de Hielo») en Pekín, tras un riguroso concurso de diseño a nivel mundial. El Óvalo se convirtió en la pieza central icónica de la ciudad para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno de 2022. Este triunfo consolidó la experiencia olímpica incomparable de Populous, participando en los que serían nuestros decimosegundos Juegos Olímpicos y Paralímpicos.
Nuestro papel en el proceso de competición implicó la gestión de una multitud de partes interesadas distribuidas por cinco países y tres oficinas hasta completar el diseño esquemático completo de «la Cinta de Hielo» en tan solo 12 semanas. La fachada se forjó a través de varios conceptos y muchas iteraciones para reflejar la naturaleza inspiradora del patinaje de velocidad. En total participaron en el concurso 66 empresas, entre ellas, un gran número de estudios internacionales.
El Óvalo, el recinto de patinaje de velocidad más grande de toda Asia, complementa la iconografía existente del Parque Olímpico, junto a la majestuosa estructura de acero del «Nido de Pájaro» y la estructura de membrana dinámica del «Cubo de Agua».
Incluso antes de que comenzaran los Juegos, estaba claro que se había creado un nuevo ícono olímpico. Una fachada con 22 hilos de luz separados que fluyen hacia arriba y alrededor del Óvalo hasta una altura de 33,8 metros, imitando las precisas líneas de carrera que dejan a su paso los patinadores en el interior a la vez que celebran la elegancia, el ritmo y el dinamismo del deporte. Por la noche, cada hilo de luz se ilumina cambiando de color en una infinita variedad de configuraciones que atraen a multitud de personas.
El Óvalo es uno de los primeros recintos del mundo en utilizar tecnología de enfriamiento directo con dióxido de carbono transcrítico para fabricar hielo. Este sistema no solo reduce las emisiones de carbono del edificio, sino que además permite lograr una diferencia de temperatura de menos de 0,5 °C por toda la superficie del hielo, resultando en una pista más rápida y resistente.
Durante los Juegos, el Óvalo acogió a 12 000 espectadores, 8000 de ellos en asientos permanentes y 4000 en asientos temporales. Los espectadores llenaron las gradas, «calentando» el ambiente desde los asientos situados justo al lado de la pista. Desde allí podían ver cada movimiento y escuchar cada sonido de los patines deslizándose por el hielo. Y una vez que se ganaron todas las medallas y que concluyeron los Juegos, el Óvalo se transformó en una pista de patinaje pública, asegurando su legado en el desarrollo de la próxima generación de deportistas chinos.